Mi lira


Yo soy del pueblo el rebelde vate, 
el insurrecto bardo de la multitud: 
son mis canciones vocerío del combate,
y es mi escudo: ¡no más esclavitud!



Yo condeno del pueblo las angustias
yo batallo porque acabe su abyección: 
yo pregono: ¡no más las almas mustias!
Venga... la social Revolución!



Surja, rebelde, al canto de mi lira
de las ciudades la masa industrial, 
y, con furia, derribe la mentira
que sirve de base al dios –Capital. 



Al son de mis canciones libertarias,
surja del campo la gran Revolución
que nivele los amos y los parias, 
sin más codicias, odios ni abyección. 



Lirio del Monte (Seudónimo de Delfín Lévano). 
Manuscrito inédito del archivo del periodista César Lévano. 

Hechos Y Figuras Del Anarquismo



Son muchos los intelectuales que han analizado el anarquismo en el Perú como un fenómeno ideológico e intelectual que se incorporo a nuestro desarrollo histórico a partir del Positivismo y el cientificismo de fines del siglo XIX. Así, Augusto Salazar Bondy, Beatriz Benoit de Velazco y David Sobrevilla, no logran acercase a la realidad de los hechos, al tratar de circunscribir el anarquismo a un circulo de personas ilustradas llegadas desde Argentina o Italia, además de reconocer solo a Manuel González de Prada y Ulloa como único anarquista peruano. Estos intelectuales cumplen un objetivo de la clase burguesa: mentir. Por el contrario de lo que piensan, proponen y difunden, el anarquismo en el Perú presentó una acción social de lucha y cambio muy importante.

Más allá de la obra creadora e iluminadora de González de Prada, se encuentran los trabajos y las acciones de cientos de hombres y mujeres peruanas que lucharon desde el anarquismo y las clases trabajadoras proletarias con la aspiración de construir una sociedad distinta al capitalismo liberal e imperialista.

El compañero Delfín Lévano, leyendo La Protesta

Sobre Manuel González de Prada se ha escrito mucho, desde los infantiles e inútiles trabajos de L. A. Sánchez, Hugo García Salvatecci y Haya de la Torre. En estas líneas presentamos a otros personajes.
Esther del Solar
Eulogio Otazu es otro anarquista importante. En 1911 convoco a un paro general en solidaridad con la huelga de artesanos; esto demuestra su gran identidad y conciencia de clase proletaria contra la burguesía. El paro general fue combatido-como siempre- con la detención de los dirigentes Justo González, Celso Chirinos y Arturo Salazar. Entonces Otazu tomó la dirección del movimiento y logró la libertad de sus camaradas de trabajo, además de conseguir que el Estado atienda los reclamos de los artesanos trabajadores. Trabajadores e intelectuales como Juan Tassara, Adolfo Saurre, Pietro Ferrari, Diego Uribe y Francisco Loayza practicaron la poesía como un medio para la denuncia, el esclarecimiento y la agitación social, publicando bellos poemas sociales. Francisco A. Loayza, además, publico el semanario FRAY K. B. ZON entre 1906 y 1910 y su folleto titulado LLAMARADAS fue publicado por la imprenta proletaria.

Un personaje importante que trabajó intelectualmente para el esclarecimiento del proletariado norteño fue Julio Reynaga, trabajador chalaco que llego a Trujillo a fines del XIX y rápidamente se incorporo a las luchas de los trabajadores cañeros de las haciendas norteñas. Junto a Tomas Morales
Jesús Riera era otro trabajador anarquista que mantenía correspondencia con camaradas catalanes y desde Barcelona recibía gran cantidad de publicaciones: libros, folletos, periódicos, revistas y diarios que hacía circular entre los trabajadores textiles de la fábrica de La Victoria, siendo expulsado por los gerentes ingleses al tener conocimiento de sus acciones de clase.Young Montoya fue otro luchador libertario responsable de la publicación de EL LIBERTARIO. Carlos Barba, Adalberto Fonken, Alberto Ghiraldo, Ángel Falcón, Antonio Zozzala, Ismael Gacitúa, Gumersindo Calderón, Juan Manuel Carreño, Leopoldo Urmachea, Pedro Biasseti, Carlos Ugarte, Ángel Origgi Galli, Alfredo Baldessari, Santiago Tohmson, Manuel Pedraza, Agustina Aranibar, Miguel Pasquel, Fidel de la Sota, Nicolás Gutarra, Germán Guillinta, Nicanor Alegre,… son muchos los hombres y mujeres, camaradas anarquistas, que desde las ideas y la acción, lucharon contra el capitalismo explotador, pero cuya memoria la historia y los historiadores burgueses formados en universidades burguesas intentan sepultar para inventar otra funcional a los intereses de la burguesía y en contra del proletario y de las masas populares.
PRENSA OBRERA; PRENSA DE CLASE Y ESCLARECIMIENTO

La vieja aristocracia colonial y la burguesía eran clase sociales que a inicios del siglo XX monopolizaban la información periodística controlando la prensa. Diarios como El Comercio, La Prensa y la Crónica respondían al interés de estas clases, desinformando sobre las causas reales de los desórdenes sociales y construyendo un discurso político e ideológico favorable al capitalismo explotador. Pero los camaradas anarquistas también tenían la capacidad intelectual y la fuerza material necesaria para mantener sus propias publicaciones, alternativas y contrarias a la prensa burguesa. Surgió así la Prensa Obrera, en realidad una prensa de clase y de esclarecimiento.

Pedro Pablo Astete y Manuel González de Prada y Ulloa iniciaron la publicación de Los Parias en 1904, alcanzando una tirada de tres mil ejemplares hasta 1909. En sus páginas buscaron difundir las bases ideológicas del anarquismo y la importancia de la organización sindical para forjar luchas y lograr conquistas para el proletariado. El Centro de Estudios Sociales 1º de Mayo inicio en 1907 la publicación de El Oprimido
En 1911 el grupo Luchadores por la Verdad, inicio la publicación de LA PROTESTA, quizás la publicación anarquista más importante realizada en el Perú.

En La Protesta se trataron una diversidad de temas que iban desde las bases ideológicas y programáticas del anarquismo hasta el desenmascaramiento de la política de la burguesía y del Estado. Además difundieron textos de los clásicos como Bakunin, Kropotkin, Malatesta, Anselmo Lorenzo, etc., así como informes editados por la prensa obrera y anarquista de los camaradas españoles-catalanes, madrileños y vascos-, argentinos, italianos, uruguayos y otros. Es decir, a través de sus páginas, sus lectores- la mayoría proletarios- pudieron experimentar un proceso de esclarecimiento ideológico muy elevado, importante para las luchas que luego realizaron. Formalmente se conoce que La Protesta se publicó hasta 1921 pero, posteriormente otras agrupaciones han publicado bajo el mismo nombre diferentes periódicos. (1)
La Federación Obrera Regional Peruana (FORP) inició en 1921 la publicación de El Proletariado. Publicaron en sus paginas Delfín Lévano, Eulogio Otazu, Gumersindo Calderón, Pedro Ulloa, Jesús Farfán, Fausto Posadas y Enrique Paredes, la mayoría reconocidos anarquistas, dirigentes sindicales y lúcidos intelectuales. Esta práctica real del proletariado a través de las publicaciones rompe con los ideales conservadores de la burguesía, que sostiene existen trabajadores manuales y trabajadores intelectuales, afirmación reaccionaria y retrógrada que quedaba superada en la práctica misma por los camaradas anarquistas. Delfín Lévano, por ejemplo, era un obrero panadero que a la vez era redactor en La Protesta y El Proletariado

ARTE PROLETARIO

A. Ormeño Bernales escribió en 1905 (Los Parias Nº 14): “Llegó la hora de romper las vallas/llegó la hora de cambiar de senda/de abandonar las torpes tradiciones/que ignorancia y mentira solo encierran”. En 1901 Miguel Pasquale publico “por caridad, señor, clamo angustiada/tenedme compasión; agonizante/se halla mi padre anciano, en este instante/y no hay lumbre ni pan en mi morada” (La Idea Libre Nº 64). Pietro Ferrari en 1911 publico: “Avanza, avanza; oh, pueblo ya cansado/gente triste y proscrita/para tí, mas fecunda que el arado/rugió la dinamita”. (La Protesta Nº 2). Estos son unos pocos ejemplos de la poesía proletaria y anarquista que se produjo en el Perú a inicios de siglo XX, pero que aun no ha sido suficientemente estudiada por los investigadores e intelectuales de la burguesía, quizá por el temor de reconocer su gran nivel académico a pesar de haber sido escrita fuera de las paredes de las universidades burguesas.

En 1911 los trabajadores de Vitarte formaron el Centro Artístico de Vitarte a iniciativa del camarada Carrera, quien reunió a otros camaradas anarquistas como Fernando Borgas y Nemesio Chevez. Posteriormente Adalberto Fonkén y Noé Salcedo le cambiaron de nombre por el de Centro Artístico Nueve de Enero, fecha en que el obrero Videla murió baleado por la policía durante una huelga. Este centro artístico aglutinó trabajadores de la textil Vitarte, quienes luego de largas jornadas de trabajo (de hasta 16 horas diarias) ensayaban en su estrechos cuartos dentro de la fábrica. Primero representaron El Cristo Moderno pero, en la primera función los actores fueron apresados. El pueblo de Vitarte asistió en forma masiva a esa primera y única función. Libres los trabajadores y con la incorporación de Lino Larrea y Adalberto Benítez se presentaron en Lima, poniendo en escena La Hoguera, siendo catalogados de profesionales por compañías de actores formados teatralmente en centros académicos. También representaron Juan Ose, de Joaquín Dicenta, que termina cuando el trabajador vence al patrón que se insinuaba a la esposa del primero. Eran obras de gran contenido social que representaban la lucha de clases en toda su extensión.

LUCHADORES ANARQUISTAS DE SIEMPRE

Los anarquistas participes de las gloriosas jornadas de lucha por las ocho horas continuaron durante largo tiempo con la trayectoria de sus compañeros de los años 1910 - 1925, manteniendo su ideales y acciones para construir una nueva sociedad libre de las cadenas del salario impuestas por el gran capital y el Estado, que esclavizan a los seres humanos estableciendo entre ellos las categorías de gobernantes y gobernados. Los datos sobre los anarquistas de esos años los hemos obtenido de periódicos, revistas, boletines y recuerdos de compañeros. Extraemos algunos de los nombres de estos magníficos combatientes por la revolución, que a continuación presentamos para que sirvan de ejemplo en la marcha por la redención social. Ellos son, entre muchos otros:

El compañero Víctor Serna, uno de los componentes de la Federación de Zapateros, organización en la que combatió por el establecimiento de las ocho horas. El compañero Serna fue uno de los detenidos por la represión burguesa con motivo de las jornadas por el abaratamiento de las subsistencias en el año 1919, siendo puesto en libertad por presión de las organizaciones proletarias. Posteriormente fue él uno de los fundadores del barrio Leticia, en el cerro San Cristóbal (Rímac). Imbuido de sus ideales libertarios, animaba la organización de este barrio para que sea autogestionario y decía que “no debería haber en él, ni comisaría ni iglesia”; todo esto por el año 1930. Con el tiempo se afincó en Magdalena del Mar, en la octava cuadra del jirón Leoncio Prado, donde trabaja como zapatero en un garaje. Siempre inquieto por las reivindicaciones sociales, organizó un sindicato de inquilinos en Magdalena y también difundía el periódico LA PROTESTA, en el año 1946. Este compañero falleció en el año 1947.

En el año 1973 trabajaron en un grupo libertario de San Martín de Porras varios compañeros, siendo el compañero Benavides el más animoso en su constitución. Este compañero difundía la prensa anarquista, pues él había tenido la casilla del correo de Lima (central); obtuvo la llave del compañeroWenceslao Zavala, que había fallecido en el año 1961. La revista que difundía era TIERRA Y LIBERTAD, de México. Benavides murió en el año 1974.

El grupo de San Martín de Porras tenía como militante al compañero Jacinto Ramírez, quien venia a las reuniones desde Huaraz. Era un compañero muy culto e informado de los ideales anarquistas; él vivía en la Calle Derecha de Huaral; tenía una buena biblioteca anarquista.

También habían compañeros españoles con los que teníamos contactos indirectos, tales como el compañero Axbuque, que era refugiado de la España franquista; él había tenido una actuación expectante en el año de 1934 en la revolución de Asturias contra el estado republicano burgués, habiendo sido sentenciado a muerte, por lo cual fugó a Sudamérica. Este compañero posteriormente fue expulsado del Perú por ser ilegal.

Otro compañero español fue Enrique Díaz, combatiente durante la guerra civil española en la columna de Durruti. Durante el sitio de Madrid luchó en los predios de la Ciudad Universitaria de Madrid; en Lima trabajaba en la cuadra catorce de la avenida de Manco Cápac (La Victoria) en un negocio que él regentaba. De él no se ha sabido más. (2)


Otro que era de la organización era el compañero Bermeo; este compañero nos contaba cómo, mediante una serie de vicios, se había formado la CGTP, traicionando a la organización proletaria de la Federación Regional del Perú cuando los anarquistas eran perseguidos por el gobierno de Leguía. También se guarda recuerdo del compañero Víctor Laysequilla, artesano, sastre, antiguo luchador que por sus actividades anarquistas e ideales fue deportado a la Argentina, teniendo contacto con la F.O.R.A. Posteriormente regresó al país; recibía publicaciones anarquistas que le llegaban de Francia, España y EEUU y que luego él difundía.
Para todos ellos y muchos otros que seria largo mencionar va nuestro homenaje y estas palabras de Manuel González Prada:

Los individuos que defendieron sus ideales, que no se dejaron absorber por la multitud ni gobernar por las autoridades, se levantan y brillan en la historia de los pueblos como bienhechoras columnas de luz en medio de la noche.


ANARQUISTAS EN PIE DE LUCHA.


2004: ¡Continuamos en la lucha!

Notas.

1- De buena fuente sabemos que La Protesta era distribuido aun en 1935 en Pueblo Libre. Hasta 10 años después habían “Círculos Libertarios” que conmemoraban el aniversario del nacimiento y muerte de Manuel González Prada, y en los 50`s/60`s –y mas aun con el “reverdecimiento” que para las ideas anarquistas significó el mayo 68 francés- era común oír hablar de “libertarios” involucrados o bien en la resistencia insurreccional contra el gobierno militar, o bien en las experiencias cooperativistas inauguradas por aquellos años. Todos estos esfuerzos –pequeños si bien significativos- comenzaron a venirse abajo cuando el velascato, en reacción a la huelga policial del 72, anuncio que toleraría la franela del PCP, mas no la ANARQUIA. El golpe del gorila Morales Bermúdez acabo con todo ello….en apariencia.

2- El año 1991 visitamos en su departamento de San Felipe al Dr. Jorge Jurufe, quien –siendo estudiante de medicina en Madrid el año 1936- fue testigo del heroico develamiento del levantamiento militar por las milicias anarcosindicalistas y participo junto a ellas en mas de una campaña. Pronto publicaremos su valiosísimo testimonio. 

en reacción a la huelga policial del 72, anuncio que toleraría la franela del PCP, mas no la ANARQUIA. El golpe del gorila Morales Bermúdez acabo con todo ello….en apariencia.


http://archivo-anarquista.blogspot.com.es/2010_01_08_archive.html

El Anarquismo en el Perú



Hacia 1870 ya se detectan militantes despotricando contra el Estado y el Capital en el Perú, pero no es hasta 1904 en que asomarán los primeros grupos decididamente organizados. En ese año se forma la Unión de Panaderos con clara influencia anarquista, convocándose la primera huelga en el siempre combativo puerto de El Callao. En 1906 aparece en Lima el periódico Humanidad y ya en 1910 el Centro Racionalista Francisco Ferrer editaría Páginas Libres. Tres años más tarde se declara la Huelga General dentro de la campaña por las ocho horas iniciada por la Unión de Jornaleros en la que tendrían destacada participación los anarquistas a través de sus grupos "Luchadores por la Verdad", "Luz y Amor" y los editores del más significativo periódico libertario peruano: La Protesta. Esta campaña iría consiguiendo sus objetivos por gremios hasta que en 1919, desbordado por el desarrollo y proporción de la lucha, el gobierno se ve forzado a establecer obligatoriamente la jornada de ocho horas diarias en todo el país. El siguiente paso sería la creación del Comité Pro-Abaratamiento de las Subsistencias persiguiendo la baja de precios en productos básicos, transportes e impuestos, dando lugar esta lucha a la aparición de la FORP (Federación Obrera Regional Peruana) que, de condición anarquista, conseguiría notables éxitos obreros. Destacados luchadores de esa época serian Delfin Lévano, Carlos Barba y Nicolás Gutarra entre otros. Aunque, sin duda, la figura más relevante y con mayor influencia en círculos obreros e intelectuales resultaría ser Manuel González Prada, cuya memoria es aún reivindicada por los activistas actuales. González Prada publicaría entre otros significativos textos: "Páginas Libres" (1894) y "Horas de Lucha" (1908). A principios de los veinte aparece una nueva organización orientada por anarquistas: Unión de Trabajadores de Construcción Civil publicándose El Nivel y El Obrero Constructor. Son años en que la incesante actividad obrera sufrirá la respuesta represiva del gobierno. Se decomisan las imprentas, se cierran los locales y se acaba con buena parte de la infraestructura de un movimiento en el que los anarquistas eran mayoría asesinando a muchos de sus miembros. La ciudad de Trujillo vivirá todavía un levantamiento auspiciado por jornaleros anarcosindicalistas, de cuyo protagonismo se adueñaría el APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana) ya conformado como partido*. Víctima de la represión y desvirtuado por los incipientes partidos políticos, el movimiento obrero perdería la fuerza adquirida fundando algunos de los supervivientes la Federación Anarquista del Perú a través de la cual se mantendría vivo, aunque ya de forma mucho más minoritaria, el pensamiento libertario, reeditando durante dos años La Protesta y publicando documentos sobre el anarcosindicalismo en el Perú hasta que desapareciera en los anos sesenta.

Cartel Primero de Mayo de 1907 en Lima

Cartel Primero de Mayo de 1907 en Lima

Cartel Primero de Mayo de 1907 en Lima

Cartel Primero de Mayo de 1907 en Lima

cartel anarquista Peru Abril 1913

cartel anarquista Peru Abril 1913





Tiempos Modernos

La actividad libertaria no reaparece hasta finales de la década de los 80, momento en que asoman en Lima grupos de carácter musical con ciertas inquietudes políticas. Serían las primeras expresiones del llamado "Rock Subterráneo", movimiento que tiene muchas connotaciones con el punk. Estos grupos irán adquiriendo mayor politización con el tiempo pasando el aspecto musical a un segundo plano, dejando de ser un fin para convertirse sólo en uno de los medios posibles. En esta época las guerrillas (MRTA y Sendero Luminoso) captarían, gracias a su mayor propaganda y mejores infraestructuras y preparación, a militantes de entre los simpatizantes libertarios de ese movimiento.

Las leyes antiterroristas limitarían también en buena medida el crecimiento y desarrollo de esos grupos ácratas produciéndose además entre estos cierta autolimitación con el fin de no ser identificados con los grupos armados. En 1989 se crea la CAJA (Colectivo de Juventudes Autónomas) que reúne a muchos de los integrantes del llamado "Movimiento Subterráneo" y que sin ser abiertamente libertario (aunque con anarquistas en su seno) tendría una vida efímera. A principios de los noventa aparecen nuevos militantes que ya no parten de esa base musical que junto a los que ya habían evolucionado desde el rock subterráneo crearán grupos más definidos, teniendo gran influencia sobre ellos la propaganda libertaria que, principalmente de España, les llegaría desde fuera. Surgen, siempre en Lima, Autonomía Proletaria y Colectivización, ambos colectivos aún activos en la actualidad. Autonomía Proletaria centra su trabajo en el campo anarcosindicalista, aunque ya no vea en él un arma tan efectiva como antaño. Realiza una labor de divulgación entre los trabajadores editando una publicación que lleva por título el nombre de la organización, comentando a través de ella todo lo relacionado con la lucha sindical tanto peruana como internacional. En 1996 cambiarán su nombre por el de El Obrero al sentirse sus miembros vigilados y vistos como "elemento extraño" por parte de aparatos políticos.


Fuera de la capital y empezando por el norte encontramos representación libertaria en Piura con el colectivo Reconstruir y la publicación El Inconforme, además de fanzines y bandas musicales "subterráneas". En Huánuco grupos ecologistas distribuyen material alternativo y libertario mientras que en Huancayo flinciona Proyección Popular y se publica el fanzine Reacciona que ya va por el número 12.

Al sur, en Arequipa está La Lucha y sale a la calle la revista Yaiyarguarta, que en lengua quéchua quiere decir "la sangre del pueblo", con alguna de sus páginas en esa lengua haciendo recordar el trabajo que la Federación Obrera Regional Indígena del Perú realizaría allá por los anos 20-30 sirviendo de nexo entre el anarcosindicalismo peruano y el movimiento indígena campesino de esa zona sur del país. En Arequipa también son numerosas las bandas musicales y los fanzines contestatarios. Y ya en el Cuzco, la antigua capital de los incas, encontramos el MAP (Movimiento Anarquista del Perú) que más que un movimiento se trata de un pequeño colectivo editor de una publicación del mismo nombre.

Toda una amalgama de grupos y publicaciones que tratan de coordinarse y lograr una mayor efectividad pero que se enfrentan a no pocos obstáculos. Colectivización edita una revista de igual nombre y vincula sus actividades a los ambientes universitarios, realiza balances históricos y sociológicos sobre la actual coyuntura peruana planteando las ideas libertarias con intención renovadora. Avancemos, es otro colectivo que pretende trascender el aspecto musical que aún rodea a parte de los simpatizantes llevando la discusión al terreno más político. Realizan conciertos, charlas, debates y otras acciones cuyos beneficios se revierten en la organización de nuevas actividades. Avancemos se convertirá poco después en la Coordinadora Sonidos de Acción, agrupación que busca ser núcleo de un movimiento que de forma autónoma se extienda por diferentes barrios de Lima y otras ciudades. La Coordinadora imprime las publicaciones Barricada y Despiert@. Otros colectivos son Cambio Radical (que actúa en la zona norte de la ciudad) y el grupo lkaria que reivindican un anarquismo "nihilista". Existe una gran profusión de fanzines (Buscando un camino; Cultura, y un largo etc.) y de grupos musicales que simpatizan con las ideas, entre estos últimos destacan Autonomía, Generación Perdida, Al Margen de la Ley, y Los Recios. Desde las universidades se vienen organizando por parte de estudiantes con inquietudes diferentes charlas sobre la Historia del Movimiento Obrero, González Prada y otros temas con participación de compañeros libertarios. También hay simpatizantes entre activistas de los derechos de los animales que periódicamente organizan campañas contra las corridas de toros y por la liberación animal. Toda esta actividad límena no es extraño que venga siendo realizada por parte de personas que se repiten en varios colectivos por lo que no podemos hablar de una cantidad ingente de militantes. El "Fujimorazo" de 1992 obligaría a los compañeros peruanos a tomar sus precauciones. Los anarquistas están catalogados según las leyes represivas peruanas como "terroristas independientes" al no encajar en los "terrorismos" tipificados, algo que puede conllevar rigurosas condenas carcelarias. Así los libertarios locales se ven forzados a cambiar sus lugares de reunión, a ser discretos cuando hablan de anarquismo, a cambiar de nombre de las publicaciones cuando consideran que empiezan a ser detectadas y otras medidas en el mismo sentido. Otro grave problema es la falta de locales donde reunirse, teniendo que hacerlo en ocasiones en lugares públicos llamando una atención indeseada. Más recientemente también sufren el "acercamiento" de los hasta hace poco marxistas, leninistas, maoistas, etc. con el fin de sacar un rendimiento político a su trabajo y de las ideas libertarias en general. A pesar de las evidentes dificultades, los compañeros peruanos son optimistas en cuanto a su trabajo y esperan llevar adelante las ideas que consideran más justas.


CRONOLOGÍA DEL MOVIMIENO OBRERO EN EL PERÚ



1622 - Un obrero del Perú tuvo un accidente en una mina en 1622 y perdió el habla y la vista. Se encomendó al Milagroso y fue sanado. 4. Romelio Cosio recuperó el movimiento en sus piernas luego de que médicos le dijeron que no volvería a caminar. El hombre, frente ...3. Un obrero del Perú tuvo un accidente en una mina en 1622 y perdió el habla y la vista. Se encomendó al Milagroso y fue sanado. 4. Romelio Cosio recuperó el movimiento en sus piernas luego de que médicos le dijeron que no volvería a caminar. El hombre, frente al Cristo, soltó las muletas y se puso en pie. 5. Teresa Moreno tenía un tic nervioso en la cara que no la dejaba hablar ni comer, después de encomendarse al Señor de los Milagros pudo curarse.


1803 - Flora Tristán nació en París en 1803. Hija ilegítima de un coronel peruano que murió cuando Flora tenía sólo cuatro años, su infancia se vio marcada por la pobreza. Tras sufrir malos tratos en su matrimonio, abandonó a su marido y viajó a Inglaterra, donde ...Flora Tristán nació en París en 1803. Hija ilegítima de un coronel peruano que murió cuando Flora tenía sólo cuatro años, su infancia se vio marcada por la pobreza. Tras sufrir malos tratos en su matrimonio, abandonó a su marido y viajó a Inglaterra, donde entabló contactos con el movimiento obrero y empezó a despertarse en ella el activismo socialista y feminista que la caracterizaría durante toda su vida.

1844 - Allí está Mariátegui estudiando a Nietzsche, a Lenin ya Sorel, mientras organizaba la CGT del Perú. Allí está el Che Guevara estudiando los Manuscritos de 1844 el mismo año de la crisis de los misiles, etc,etc,etc. El trabajo teórico -para los ...Allí está Gramsci estudiando en un calabozo fascista a Croce, para entender la derrota del movimiento obrero italiano. Allí está Mariátegui estudiando a Nietzsche, a Lenin ya Sorel, mientras organizaba la CGT del Perú. Allí está el Che Guevara estudiando los Manuscritos de 1844 el mismo año de la crisis de los misiles, etc, etc, etc. El trabajo teórico -para los revolucionarios- nunca es un artículo de lujo prescindible como un nuevo electrodoméstico o un saco de marca.

1904 - En 1904 se produce una escisión en la vieja Confederación de Artesanos, creándose la Federación de Obreros Panaderos “Estrella del Perú”, orientada ideológicamente por el anarquismo (abolir la explotación económica luchando contra el Estado hasta su extinción y ...En 1904 se produce una escisión en la vieja Confederación de Artesanos, creándose la Federación de Obreros Panaderos “Estrella del Perú”, orientada ideológicamente por el anarquismo (abolir la explotación económica luchando contra el Estado hasta su extinción y el cuestionamiento de la religiosidad y el poder de la Iglesia) de González Prada; es este gremio el que inicia las luchas reivindicatorias del movimiento obrero peruano.

1919 - Luego de esta fecha, se convirtió en el mayor crítico y adversario sindical de la dirección marxista y populista-partidista que José Carlos Mariátegui y Haya de la Torre respectivamente proponían para el movimiento obrero peruano.Junto a su padre, otro destacado activista anarquista, Manuel Caracciolo Lévano, - ya pesar de sufrir persecución y cárcel- fue un constante organizador y activista por la jornada de ocho horas, la cual los sindicatos limeños - liderados por la Federación de Obreros Panaderos "Estrella del Perú", del cual Lévano era dirigente- lograrían luego de ardua lucha en 1919. Luego de esta fecha, se convirtió en el mayor crítico y adversario sindical de la dirección marxista y populista-partidista que José Carlos Mariátegui y Haya de la Torre respectivamente proponían para el movimiento obrero peruano.Junto a su padre, otro destacado activista anarquista, Manuel Caracciolo Lévano, - ya pesar de sufrir persecución y cárcel- fue un constante organizador y activista por la jornada de ocho horas, la cual los sindicatos limeños - liderados por la Federación de Obreros Panaderos "Estrella del Perú", del cual Lévano era dirigente- lograrían luego de ardua lucha en 1919. Luego de esta fecha, se convirtió en el mayor crítico y adversario sindical de la dirección marxista y populista ...

1929 - Alcides Marín es el seudónimo literario de Gamaniel Enrique Blanco Murillo, autor de esta monografía testimonial de la época en que le tocó ser partícipe: la crisis económica mundial de 1929, la consolidación de los capitales norteamericanos a través de la Cerro ...Alcides Marín es el seudónimo literario de Gamaniel Enrique Blanco Murillo, autor de esta monografía testimonial de la época en que le tocó ser partícipe: la crisis económica mundial de 1929, la consolidación de los capitales norteamericanos a través de la Cerro de Pasco Copper Corporation (una de las más poderosas transnacionales de la minería del siglo pasado), de cruentos desenlaces en la historia del proletariado minero del Centro, la consolidación del proyecto socialista

26 Sep 1960 - Pretendía insertarse en el movimiento obrero, terminó 70 De Nevis Hayes, Prelado Nulius de Sicuani [Cuzco] a Mons. Juan Landázuri Ricketts, Presidente de la Asamblea Episcopal,Septiembre 26, 1960. En Archivo de la Prelatura de Sicuani.77 Ahí, como otros compatriotas suyos, pasó por los círculos de Silvio Frondizi para recalar, posteriormente, en el grupo trotskista de Nahuel Moreno. Volvió al Perú con el inicio del régimen de la “ convivencia.” Pretendía insertarse en el movimiento obrero, terminó 70 De Nevis Hayes, Prelado Nulius de Sicuani [Cuzco] a Mons. Juan Landázuri Ricketts, Presidente de la Asamblea Episcopal, Septiembre 26, 1960. En Archivo de la Prelatura de Sicuani

23 Feb 2005 - El objetivo de la fundación del MAS Perú es ``consolidar el movimiento obrero campesino estudiantil, intelectuales honestos de América Latina, ver el problema del TLC (Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos), el ALCA (Acuerdo de Libre Comercio para las Américas)

21 May 2007 - La primera semana de mayo una serie de luchas sociales se desarrollaron a lo largo y ancho del Perú: desde los campesinos productores de hoja de coca en ... nacional del movimiento obrero y campesino peruano y la Coordinadora de Frentes Regionales se encuentra virtualmente desactivada.

20 Feb 2009 - Los aportes de HAYA DE LA TORRE a la historia del movimiento obrero del Perú y América Latina son sustantivos. Las Universidades Populares Gonzáles Prada, el Frente Único de trabajadores Manuales e Intelectuales y el Sindicalismo de Frente Único hicieron fuerte y protagónico.77 Ahí, como otros compatriotas suyos, pasó por los círculos de Silvio Frondizi para recalar, posteriormente, en el grupo trotskista de Nahuel Moreno. Volvió al Perú con el inicio del régimen de la “convivencia.” Pretendía insertarse en el movimiento obrero, terminó 70 De Nevis Hayes, Prelado Nulius de Sicuani [Cuzco] a Mons. Juan Landázuri Ricketts, Presidente de la Asamblea Episcopal, Septiembre 26, 1960. En Archivo de la Prelatura de Sicuani.


Federación Obrera Regional Peruana



La Federación Obrera Regional del Perú fue una federación de sindicatos, gremios y sociedades de resistencia de tendencia anarquista y anarcosindicalista fundada en 1912 en el Perú. Se destacó en la lucha por la consecución de la jornada laboral de ocho horas. Fue continuada por la Federación Obrera Regional Peruana (FORP).
Primeras organizaciones obreras A fines del siglo XIX se fundan los primeros sindicatos en el Perú, algunos con marcadas influencias anarquistas. Sin embargo el anarquismo permanecería sin organización y disperso hasta recién comenzado el siglo XX. En 1904 Manuel Caracciolo LévanoDelfín LévanoFidel García Gacitúa y Urmachea, todos militantes anarquistas, fundaron la Unión de Trabajadores Panaderos. , promoviendo la primera huelga. El 1 de mayo de 1905 celebraron por primera vez un acto en homenaje a los Mártires de Chicago.1
En 1907 los anarquistas impulsaron la huelga de estibadores en el puerto de El Callao, donde la represión terminó con la muerte de Florencio Aliaga, primer mártir del movimiento obrero peruano.2
En 1911 se inicia la publicación de La Protesta, que será el periódico que impulsará y fomentará la organización sindical de estilo anarquista, propugnando el exitoso modelo de laFORA. Desde la central sindical argentina se envió a José Spagnoli y Antonio Gustinelli, dos militantes italianos, para ayudar en la organización de una federación anarquista.3Este estilo de gremialismo tenrá una fuerte influencia en el ramo textil, donde en 1911 realizarán un paro general del ramo.
Fundación
En 1912 se fundó la Federación Obrera Regional del Perú, en Lima. De inmediato inició una campaña por la jornada laboral de ocho horas. La Federación estaba integrada por laSociedad de resistencia de los obreros galleteros y anexos, la Federación de Electricistas, la Federación de Obreros Panaderos "Estrella del Perú", la Unificación Textil de Vitarte, la Unificación Proletaria de Santa Catalina, y otros gremios anarquistas. También la Federación recibía el apoyo de grupos específicamente anarquistas como "Luz y Amor" y "Luchadores por la Verdad" y diversas publicaciones libertarias.
En noviembre de 1912 en el Teatro Municipal de El Callao y el la Unión Local de Jornaleros se iniciaron la primeras reuniones, finalizando en una asamblea general. También participó la reformista "Confederación de Artesanos Unión Universal", opuesta a las medidas de acción directa, con la que entrarían en conflicto los anarquistas. El 15 de dicembre se realizó la segunda Asamblea, y se impuso realizar una campaña por la jornada de 8 horas. El 28 de diciembre se concluyó el pliego de reivindicaciones, durante la tercera asamblea.4
La lucha por la 8 horas
El 5 de enero de 1913 la Unión General de Jornaleros exigió la jornada laboral de 8 horas, , aumento salarial, cobertura médica en accidentes de trabajo, y otras reivindicaciones, dando un plazo de 24 horas, antes de iniciar una huelga general por tiempo indeterminado. El día 7 estalló la huelga, luego de rechazar la propuesta patronal. La huelga alcanzó en El Callao el paro total, adhiriendo gasistas, molineros, tipógrafos, panaderos y otros gremios.
El 9 de enero el presidente de la República exhortó a los obreros a levantar el paro y envió tropas para retomar el orden; los obreros rechazaron el exhorto y continuaron el paro. La empresa del muelle tuvo que ceder y concedió las reivindicaciones, con un aumento salarial del 10%. Este ejemplo fue seguido por otros gremios, que iniciaron sus campañas por la jornada laboral de 8 horas en todo el territorio del Perú. El 12 de enero la FORP y el periódico La Protesta organizaron en El Callao un mitin para festejar la reivindicación obtenida y continuar la lucha; luego de pronunciar la palabra destacados militantes, la multitud recorrió las calles de la ciudad festejando el triunfo obrero.5
La lucha por la jornada laboral de 8 horas se extendió a otras partes del país, desatándose una ola de huelgas. Hubo conflictos en Talara, Lagunitas, Loritos y Negritos. La FORP también llevó adelante un paro contra la Fox Duncan y Cía, para la reincorporación de 60 obreros despedidos, que terminó dando marcha atrás con los despidos.
La implantación de la jornada laboral de 8 horas en todo el país recién se lograría en 1919, y la FORP fue la fuerza obrera con principal protagonismo en esta conquista. Sin embargo, según sostienen algunos historiadores, la FORP fue disuelta y reemplazada en diciembre de 1918 por la Federación Obrera Local de Lima (FOLL).6
El Comité Pro-Abaratamiento
La Primera Guerra Mundial generó a la clase empresarial del Perú grandes beneficios en la exportación de materias primas, pero a la vez hubo un aumento en los precios locales debido a la especulación en los productos básicos. Los magros salarios no aumentaban, lo que provocó que en abril de 1919 los sindicatos anarquistas iniciaran una campaña para el abaratamiento de los bienes escenciales, creando el Comité Pro-Abaratamiento de las Subsistencias.
El 13 de abril publicaron un manifiesto que exigía el abaratamiento de los alimentos y artículos básicos de primera necesidad, transportes y alquileres, pero el gobierno se negó a escucharlos. El 1 de mayo declararon la huelga general, y el 4 de mayo se reprimió violentamente una manifestación en Lima. En El Callao, que sufrió un paro total, hubo serios enfrentamientos entre el ejército y los obreros, con alto número de muertos y saqueos; los principales dirigentes obreros y anarquistas fueron detenidos, como Gutarra, Fonkén y Barba. En Chosica hubo también dos muertos y varios heridos.7
El gobierno impuso la Ley Marcial, y allanó domicilios particulares, locales anarquistas y sindicales; creó un nuevo fuerza antimotines, debido a la renuencia a reprimir de algunas tropas, denominada Guardia Urbana. Pero el movimiento popular no se retrajo y el 4 de julio el presidente de la República José Pardo y Barreda fue depuesto. El 12 de julio fueron liberados los detenidos y hubo manifestaciones populares de júbilo.
El 4 de julio, Augusto B. Leguía aprovechó la situación para hacerse con el poder en medio del entusiasmo popular. Ese mismo día, el Comité Pro-Abaratamiento ocupó el local de la CAUU para transformarlo en la sede de la segunda Federación Obrera Regional Peruana, constituida el 8 de julio de 1919 en base a los principios de 1913.
Joel Delhom
El 22 de julio del Comité Pro-Abaratamiento se derivó una nueva central sindical: la Federación Obrera Regional Peruana (FORP), de corte anarcosindicalista, continuadora de la anterior Federación.8
Represión y decadencia
El gobierno de Leguía buscó modernizar el modelo capitalista peruano, para lo que impulsó la mediación en los conflictos obreros. Esta medida fue rechazada deplano por los anarquistas, que comenzaron a perder terreno frente a los reformistas sindicalses y a los socialistas, que prefereían la "política obrera" a la acción directa de los anaqruistas.
En el Primer Congeso Local Obrero de Lima y El Callao, organizado en abril de 1921 por la FORP, fue planteada la cuestión de la acción política de los trabajadores. Parece ser que los anarquistas lograron declararla incompatible con el sindicalismo pero que no pudieron obtener del Congreso que se pronunciara en favor del comunismo libertario como objetivo de los trabajadores organizados. Las ideas socialistas, divulgadas desde 1918, empezaban ya a cundir en el proletariado: los sindicatos del textil fueron los que abogaron por la “política obrera”.
Joel Delhom.
Los miembros de una segunda Federación Obrera Local de Lima (FOLL), adhirieron al aprismo y al marxismo, y finalmente rompieron tácitamente con los sindicatos y grupos libertarios en 1925, al no invitarlos a la celebración del Celebración del 1 de mayo. De todos modos, la FORP se disolvió en los hechos al poco tiempo de su relanzamiento, y los esfuerzos para relanzarla no fructificaron.
Los sindicatos anarquistas no solo se limitaron al mundo urbano, sino que tuvieron participación en los movimiento rurales, en especila los obreros azucareros. En 1923 los anarcosindicalistas trataron de formar una Federación Regional de Obreros Indios, rápida y vigorosamente reprimida por el gobierno.9
Durante la década de 1920 la represión del gobierno del presidente Augusto Leguía fue incrementándose. Urmaechea, el director del periódico El Proletariado y otros militantes fueron obligadoa a exiliarse. Luego de que fue derrocado Leguía, se creó la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) (integrada por apristas y marxistas) en la cual los anarcosindicalistas casi no tuvieron intervención.
Bibliografía
§  Angel Cappelletti y Carlos Rama, El anarquismo en América Latina, Edit. Ayacucho, Caracas, 1990.
Referencias
1.     ↑ Angel Cappelletti y Carlos Rama, El anarquismo en América Latina, Edit. Ayacucho, Caracas, 1990; pg. XCIX.
2.     ↑ Angel Cappelletti y Carlos Rama, El anarquismo en América Latina, Edit. Ayacucho, Caracas, 1990; pg. XCIX.
3.     ↑ Angel Cappelletti y Carlos Rama, El anarquismo en América Latina, Edit. Ayacucho, Caracas, 1990; pg. CI.
4.     ↑ Angel Cappelletti y Carlos Rama, El anarquismo en América Latina, Edit. Ayacucho, Caracas, 1990; pg. C.
5.     ↑ Angel Cappelletti y Carlos Rama, El anarquismo en América Latina, Edit. Ayacucho, Caracas, 1990; pg. CI.
6.     ↑ El movimiento obrero anarquista en el Perú (1890-1930), por Joël DELHOM Université de Bretagne-Sud
7.     ↑ Angel Cappelletti y Carlos Rama, El anarquismo en América Latina, Edit. Ayacucho, Caracas, 1990; pg. CII.
8.     ↑ Angel Cappelletti y Carlos Rama, El anarquismo en América Latina, Edit. Ayacucho, Caracas, 1990; pg. CIII.
9.     ↑ Angel Cappelletti y Carlos Rama, El anarquismo en América Latina, Edit. Ayacucho, Caracas, 1990; pg. CIII.

Orígenes de la fraternidad anarquista entre Perú y Chile

Para nadie es secreto el que las poblaciones que habitan en las regiones chilena y peruana no se guardan demasiada estima. El origen de aquella enemistad se remonta fundamentalmente a los tiempos de la Guerra del Salitre (1879-1884), cuando ambos países se enfrentaron por el dominio de las áridas tierras del nitrato y el guano, los principales fertilizantes de la época. Desde entonces y hasta la actualidad, intermitentemente se han sucedido momentos de crisis diplomática y tensión fronteriza, lo cual sumado a otros hechos como el uso electoral y demagógico del nacionalismo, nos demuestra que las heridas abiertas el 79, están, a pesar de los 130 años que nos separan aquellos días, lejos de cerrar. Esta situación ha impedido que los hombres y mujeres de uno y otro lado de la línea artificial que nos separa, podamos sostener una relación de empatía y solidaridad. Los Estados y los nacionalismos que éstos fomentan, constituyen la base del muro que nos divide. Los anarquistas se han preocupado de combatir esta adversa realidad desde que sus ideas arraigaron en la América morena. Como un aporte a la fraternidad universal que nos une con los compañeros libertarios de cualquier parte del Orbe, este breve escrito apunta principalmente a rescatar del olvido los orígenes y las características de los primeros días de la fraternidad revolucionaria entre los libertarios de ambas regiones.

El movimiento obrero anarquista en el Perú (1890-1930)



Joël Delhom
Université de Bretagne-Sud
CRELLIC-LIRA
Ponencia presentada en el Congreso anual de la Society for Latin American Studies, University of Birmingham, 6-8 avril 2001, sesión Labour History and the History of Labour in Latin America


Jornalero chino cañero


El auge económico, sin embargo, produjo un nuevo tipo de trabajador urbano-industrial o rural-industrial, sociológicamente diferente del artesano o del campesino tradicional y sometido a nuevas formas de relaciones laborales. Guiado por la experiencia de sus primeros conflictos y por una prensa liberal radical que propugnaba la constitución de Sociedades de Resistencia, ese proletariado adoptó paulatinamente nuevas formas de lucha y organización, alejadas del clásico mutualismo. Este entró en una etapa de decadencia a partir de 1910, mientras las primeras organizaciones anarquistas orientaban los conflictos laborales del proletariado, oponiéndose a la estrategia de la Confederación de Artesanos “Unión Universal” (CAUU). Hegemónico hasta 1920, el anarco-sindicalismo empezó entonces a ser cuestionado por los marxistas, quienes conquistaron la dirección del movimiento obrero a partir de 1926.

Indio vendedor de chicha


Nacimiento del sindicalismo anarquista

Es probable que la inmigración de algunos militantes obreros ayudara a la organización del proletariado peruano; se ha mencionado por ejemplo a dos españoles, a un argentino y a un chileno. Más tarde, en 1912, año en que se organizó una huelga general, llegaron también dos italianos así como un argentino, los tres delegados de la Federación Obrera Regional Argentina. Pero el impulso organizador no vino del extranjero. Desde finales del siglo XIX, existían vínculos entre algunos dirigentes obreros y la masonería o, de forma más amplia, los grupos de propaganda liberal, los cuales se comprometieron a elevar la condición intelectual, moral y económica de los trabajadores. Es un aspecto que merece investigaciones complementarias, aunque son ya bastante significativas las relaciones entre el dentista, miembro de la Gran Logia Masónica del Perú, Christian Dam y el panadero Manuel Caracciolo Lévano, uno de los más destacados militantes anarco-sindicalistas; entre el periodista director de La Idea Libre, Glicerio Tassara, y el grupo que editó La Protesta; entre el músico José B. Ugarte y el Centro de Estudios Sociales 1° de Mayo. Las Ligas de Libre Pensadores, constituidas por C. Dam, se dedicaban a la educación y la asistencia de los trabajadores; por otra parte, Dam y Ugarte habían sido miembros fundadores del partido radical Unión Nacional, creado por el escritor Manuel González Prada en 1891 y cuyo programa ostentaba un claro compromiso social. Destacada labor de concientización y educación de clase tuvieron entonces algunas publicaciones liberales de crítica sociopolítica: La Luz Eléctrica (1886-1897), Integridad (1889-1891), Germinal (1889; 1901-1906), El Libre Pensamiento (1896-1904), La Idea Libre (1900-1920), antes de que aparecieran órganos de definida orientación anarquista: Los Parias (1904-1910), La Simiente Roja (¿1905-1907?), El Hambriento (¿1905-1910?), Humanidad (1906-1907), El Oprimido (¿1907-1909?) y La Protesta (1911-1926).


** El M:.R:.H:.Christian Dam quien fue Gran Maestro de la Gran Logia del Perú a finales del siglo XIX, progresista y libre pensador masónico, impulso reformas liberales en esta potencia masónica, como el retirar el termino A LA GLORIA DEL GRAN ARQUITECTO DEL UNIVERSO y cambiar la BIBLIA por la CONSTITUCION MASONICA en el ARA de los templos jurisdiccionadas a la Gran Logia durante su Gran Maestría. 

Siendo combatido duramente por los conservadores masónicos de esos tiempos, lo obligaron a renunciar acabando de esa manera con la reforma mas importante de la masonería del continente. 

Un siglo después, aunque parezca mentira sus ideas toman valor y podemos entender sin prejuicios su visión de futuro, que si hubiera sido bien comprendida podría haber permitido a la masonería peruana tomar grandes rumbos en el devenir del continente indoamericano. 

Para comprender al M:.R:.H:. Christian Dam, Gran Maestro de masones del Perú, su idea, su lucha y posición masónica liberal, debemos leer su obra literaria titulado "El Dogma de la Libertad de Conciencia" editado en 1905.

http://www.scribd.com/doc/11865967/Christian-Dam-el-dogma-de-la-libertad-de-conciencia



El primer caso de acción reivindicativa que utiliza la huelga como medio de presión lo constituye el paro de los tipógrafos por mejoras salariales en diciembre de 1883. Pero fue probablemente la huelga de los panaderos de Lima, en enero de 1887, la que tuvo mayores repercusiones al conducir a la creación, en abril del mismo año, de la Sociedad Obrera de Panaderos "Estrella del Perú", una organización que desempeñó un papel precursor en la formación de la conciencia de clase del proletariado. En 1896 ocurrió el primer gran conflicto industrial: la huelga los tejedores de Vitarte (agosto), seguida por los movimientos de los cigarreros (septiembre), los tipógrafos (septiembre) y los pasteleros de la capital. Los obreros de esas industrias ya empezaban a ser influenciados por algunos líderes anarquistas. Los tabaqueros, por ejemplo, no dudaron en destruir la nueva maquinaria que causaba desocupación. Ese tipo de acciones ludistas eran excepcionales y normalmente los trabajadores solían recurrir a la mediación de políticos (diputados, ministros e incluso presidente de la República) lo que no impedía una severa represión. El nuevo siglo se abrió en Lima con la huelga de cocheros en enero de 1900 y, sobre todo, la exitosa huelga de panaderos en abril-mayo de 1901. Aunque también recurrieron a comisiones de arbitraje, los últimos organizaron de forma ejemplar la solidaridad del gremio y trataron de impedir el funcionamiento de las empresas de panificación. 1904, año de fuerte alza de los precios de las subsistencias, fue determinante para la maduración ideológica: la Sociedad Obrera de Panaderos, dirigida por Manuel C. Lévano, se desadhirió de la CAUU y pasó a llamarse Federación de Obreros Panaderos "Estrella del Perú", dando el primer paso hacia un sindicalismo moderno que representara los intereses del proletariado. La separación se debía al rechazo de las prácticas colaboracionistas de la Confederación de Artesanos. Los panaderos adoptaron como objetivo la jornada de ocho horas y celebraron en 1905, por primera vez en el país, la fiesta del Primero de Mayo. En marzo de 1904 también empezó a ser publicado en Lima el mensual Los Parias, que fue la primera publicación ácrata importante del país. Principalmente animada por M. González Prada, era favorable al sindicalismo y aspiraba al “comunismo proletario”. En mayo, la huelga de los jornaleros del Callao, primera en costarle la vida a un trabajador, constituyó además una importante experiencia de lucha y de solidaridad de clase, aunque fue resuelta gracias a la intervención del presidente Andrés A. Cáceres.


Obreros mineros peruanos - Morococha
Huelga de obreros textiles de Vitarte - 1911
Fernando Borjas y Julio Portocarrero con Delfín Lévano


Aporte conceptual de González Prada

Todos los historiadores mencionan el papel determinante de Manuel González Prada en la formación ideológica de los trabajadores del Perú, pero hasta ahora no ha sido analizado detenidamente el tenor de su contribución. Desde fines de los años 1880, González Prada se había ganado una fama de inconforme opuesto a las oligarquías, al caudillismo y al clero. Cuando regresó de Europa, en 1898, su popularidad fue creciendo a causa del tono muy radical de sus críticas a los poderes establecidos. En su discurso de agosto de 1898 en el local de la Unión Nacional, el ensayista había designado al obrero y al campesino como la parte sana del país. La semana siguiente, su amigo C. Dam le invitó a dar otra conferencia en la Liga de Librepensadores que fue impedida por el gobierno. Ideológicamente, los dos hombres evolucionaron de forma parecida, pasando del liberalismo radical al anarquismo, del cual fueron unos de los primeros propagandistas en Lima. La Liga desempeñaba un papel de educación popular y concientización política mediante reuniones públicas en las que participaban intelectuales y trabajadores. G. Prada escribió algunos artículos para el semanario El Libre Pensamiento, el órgano de la Liga, pero a partir de 1902, el escritor estrechó sus relaciones con los círculos obreros y parece que estuvo en contacto epistolar con varios líderes provincianos.






De octubre de 1904 a julio de 1909, ejerció una influencia directa en el incipiente movimiento anarquista, escribiendo asiduamente, bajo seudónimos o de forma anónima, en el mensual Los Parias. Es muy significativo que, el 1° de mayo de 1905, la Federación de Obreros Panaderos le invitara a pronunciar una conferencia que fue de suma importancia en la historia social del país. Se trata del discurso “El intelectual y el obrero”, en el cual afirmaba el autor la necesidad de la unión solidaria de todos los trabajadores sin distinción de clase social en la perspectiva de la futura revolución. También definía el papel que le corresponde al intelectual en su relación con las masas:

Cuando preconizamos la unión o alianza de la inteligencia con el trabajo no pretendemos que a título de una jerarquía ilusoria, el intelectual se erija en tutor o lazarillo del obrero. A la idea que el cerebro ejerce función más noble que el músculo, debemos el régimen de las castas [...].

Esa idea, que selló la solidaridad entre los jóvenes universitarios de la clase media y los proletarios, fue más tarde adoptada por Víctor Raúl Haya de la Torre en su Frente de trabajadores manuales e intelectuales. La propuesta de frente revolucionario multiclasista tomaba en cuenta la especificidad de un país como Perú, donde el proletariado urbano era escaso y el rural se encontraba totalmente marginado de la sociedad, mientras una creciente clase media aspiraba a consistentes transformaciones sociales. Esa primera celebración de la solidaridad internacional de los trabajadores constituyó un hito en la evolución del obrerismo peruano hacia el sindicalismo. Se fijó como meta común la obtención de la jornada de ocho horas “dando inicio así a un mayor y nuevo impulso tanto en el movimiento obrero capitalino como en ciertos sectores mineros y costeños agrícolas” (Yepes del Castillo).

El año siguiente, informado de lo que sucedía en Francia, G. Prada defendió en un artículo de Los Parias la campaña por la jornada de ocho horas, objetivo que ya había sido incluido en los estatutos de la Federación de Obreros Panaderos desde 1904. En esta ocasión, los panaderos habían convocado un paro general que fue parcialmente logrado. Es interesante subrayar la argumentación de G. Prada:





Según la iniciativa que parece emanada de los socialistas franceses, todas las manifestaciones que hagan hoy los obreros deben converger a crear una irresistible agitación para conseguir la jornada de ocho horas. Cierto, para la emancipación integral soñada por la anarquía, eso no vale mucho; pero en relación al estado económico de las naciones y al desarrollo mental de los obreros, significa muchísimo: es un gran salto hacia adelante en un terreno donde no se puede caminar ni a rastras. Si la revolución social ha de verificarse lentamente o palmo a palmo, la conquista de las ocho horas debe mirarse como un gran paso; si ha de realizarse violentamente y en bloque, la disminución del tiempo dedicado a las faenas materiales es una medida preparatoria: algunas de las horas que el proletariado dedica hoy al manejo de sus brazos podría consagrarlas a cultivar su inteligencia, haciéndose hombre consciente, conocedor de sus derechos y, por consiguiente revolucionario. Si el obrero cuenta con muchos enemigos, el mayor está en su ignorancia.

El autor asigna a la auto-educación un valor revolucionario, lo que convierte todas las medidas que pueden favorecerla en un objetivo válido de lucha, a condición de que no se pierda de vista la meta final. Desde esta perspectiva, más amplia que la puramente económica, romper la alienación individual es una condición sine qua non de la emancipación colectiva. Al revés de muchos anarco-sindicalistas predomina en G. Prada una concepción algo individualista que no hace del sindicato la prefiguración de la sociedad futura. Con todo, su pensamiento se mantiene cerca de la línea del anarquismo sindicalista preconizado por P. Kropotkine y F. Pelloutier, para los cuales las reformas parciales son ante todo la ocasión de fomentar la huelga general revolucionaria. De forma pragmática, el sindicato constituye una escuela de anarquismo, al proporcionar a los individuos una experiencia de lucha solidaria y anti-autoritaria. Por otra parte, la postura del escritor no puede ser sindicalista revolucionaria porque no acata la neutralidad ideológica del sindicato exigida por la Carta de Amiens de 1906. El artículo que escribió en ocasión del 1° de mayo de 1907, celebrado simultáneamente en El Callao y en Lima, muestra su recelo en cuanto a la lucha por reformas inmediatas, juzgadas bastantes ilusorias ya que no afectan los fundamentos de la explotación. Ese texto, escrito varios meses antes del congreso anarquista internacional de Amsterdam (agosto de 1907), anticipa las críticas dirigidas por Errico Malatesta al sindicalismo revolucionario defendido por Pierre Monatte. Como el anarquista italiano, G. Prada confía más en la solidaridad moral generada por un ideal común que en la solidaridad económica; no toma el sindicalismo sólo como un fin en sí mismo, sino como uno de los medios de acción para llegar a la revolución ácrata, la cual sobrepasa ampliamente los intereses de una sola clase y se propone la liberación integral de la humanidad oprimida económica, política y moralmente. El hecho de que G. Prada no haya contribuido a La Protesta podría ser interpretado como un desacuerdo con la orientación anarco-sindicalista del periódico.

En junio de 1906, publicó un artículo de aclaración ideológica en el cual explicaba las diferencias entre el socialismo, que califica de reformista y autoritario, y el anarquismo, a menudo confundidos por los actores del movimiento social peruano. Advertía entonces:

Entre socialistas y libertarios pueden ocurrir marchas convergentes o acciones en común para un objeto inmediato, como sucede hoy con la jornada de ocho horas; pero nunca una alianza perdurable ni una fusión de principios [...].
Frente a interpretaciones conservadoras de “glorificación del trabajo”, insistía, pues, en el significado verdadero del Primero de mayo, como celebración universal del sacrificio de los Mártires de Chicago. En 1909, lo definía como un día privilegiado para demostrar la solidaridad proletaria en la lucha sangrienta por la revolución emancipadora. Rechazaba sin ninguna ambigüedad toda solución reformista y conciliadora, tal como la práctica muy frecuente del arbitraje político en los conflictos laborales:

[...] no incurriremos en la ingenuidad o simpleza de imaginarnos que la Humanidad ha de redimirse por un acuerdo amigable entre los ricos y los pobres, entre el patrón y el obrero, entre la soga del verdugo y el cuello del ahorcado. Toda iniquidad se funda en la fuerza, y todo derecho ha sido reivindicado con el palo, el hierro o el plomo. Lo demás es teoría, simple teoría.

En noviembre de 1906, mientras habían cesado el trabajo los jornaleros del Callao, el escritor abogó por la huelga general armada. Meses más tarde, en mayo de 1908, después de la masacre en Iquique de 600 huelguistas por el ejército chileno (diciembre de 1907), preconizó también el sabotaje. No sólo los considera los únicos medios eficaces de lucha contra los capitalistas, sino que también piensa como Kropotkine que toda lucha armada constituye una forma de preparación del pueblo para la revolución final. G. Prada actúa también como censor y aguijón cuando lamenta el conservadurismo y la falta de solidaridad de los sindicatos peruanos, aún subyugados por la acción política, que según él divide las masas y debilita su acción.

En dos artículos publicados en enero y febrero de 1906 en Los Parias, G. Prada denunció la estrategia retrógrada y corruptora de la CAUU, calificada de “tenaza del político para coger al obrero” y celebró “la evolución regeneradora” emprendida por los panaderos bajo la dirección de M. C. Lévano. Sin desconocer la existencia de un sector intermedio, consideraba que las sociedades se dividen esencialmente en dos clases enemigas “la de los poseedores y la de los desposeídos” o, dicho con otras palabras, “los explotadores” y “los explotados”. En esa última, a la que atribuye una misión histórica de regeneración, distinguía entre “siervos” y “proletarios”, o sea entre campesinos, en situación neofeudal, y obreros. A los artesanos limeños, trabajadores propietarios de sus medios de producción y a menudo patronos de otros obreros, los identificaba como aliados objetivos de los explotadores. Pero lo que deseaba G. Prada era que se produjera una toma de conciencia de esa clase intermedia para que se uniera a los demás trabajadores y regenerase el Perú:

Desde finales de los 1890, G. Prada denunciaba el carácter inicuo del capitalismo que explota al trabajador y lo mantiene en la miseria: “Merced a las sociedades anónimas, todo ha sido monopolizado y es disfrutado por un diminuto círculo de traficantes egoístas y absorbentes.”. Ha enfatizado la desigualdad fundamental que caracteriza la relación de producción moderna y la vuelve moralmente inaceptable, según él:

Donde hay cambio de dinero por fuerza muscular, donde uno paga el salario y el otro le recibe en remuneración de trabajo forzoso, ahí existe un amo y un siervo, un explotador y un explotado. Toda industria legal se reduce a un robo legalmente organizado.

Jornada por la conquista de las 8 horas
Día del triunfo por la jornada de 8 horas


Mostrando la continuidad histórica de la explotación (esclavitud, vassallaje, proletarización) afirmaba que el productivismo capitalista transforma al trabajador en proletario, o sea en máquina de carne y huesos, la forma más acabada de la alienación. Distinguía así entre dos concepciones de la actividad productiva humana: por una parte, el digno trabajo libre “para transformar el Globo en una morada cómoda y salubre, concediéndose las horas necesarias al solaz, a la instrucción y al sueño” y, por otra, la vil explotación que consiste en “bregar y esquilmarse para que otros reporten los beneficios [...] no conociendo más placeres que el trago de aguardiente y la procreación”. Subrayaba la duplicidad del discurso ideológico dominante que tiende a enmascarar la realidad gracias a la alianza cómplice de intelectuales y capitalistas: “[...] en las sociedades modernas el letrado y el capitalista explotan al ignorante y al obrero, hipócritamente, predicando la evangélica máxima del amor al prójimo, hablando de libertad, igualdad y fraternidad.”. De ahí la importancia de su discurso “El intelectual y el obrero” que busca invertir la alianza de las clases medias instruidas con la oligarquía, en beneficio de los sectores populares.

En 1905 señalaba también la expoliación realizada por el imperialismo económico norteamericano al amparo del modelo agro-exportador promovido por la oligarquía nacional. Se anticipaba al discurso antiimperialista que prevaleció a partir de los años 1920. Por otra parte, opuso las políticas restrictivas de los países industrializados en materia de inmigración laboral a sus agresiones coloniales en nombre del liberalismo económico, subrayando el carácter mundial del proceso de proletarización.:

Para introducir sus telas, su opio, su alcohol y su Biblia, las grandes potencias abren a cañonazos Asia y África; pero quieren cerrar sus puertas no sólo al amarillo y al negro, sino también al blanco sin bolsa repleta de oro.

De allí su prédica internacionalista, consecuencia lógica de la solidaridad de clase:

Las muchedumbres no acaban de ver que el negocio no tiene patria; que, a pesar de Alsacia y Lorena, el francés rico es hermano del capitalista alemán, lo mismo que, a despecho de Tacna y Arica, el azucarero peruano es amigo y compatriota del hacendado chileno. Todos los grandes ladrones constituyen una masonería internacional, forman una casta esparcida en el globo, pero estrechamente unida y juramentada para luchar con su enemigo común: el proletario.

El intelectual revolucionario aspiraba claramente al modelo político más igualitario que podía concebir, el del comunismo libertario teorizado por Kropotkine, Malatesta y Elisée Reclus, cuyo lema era “a cada uno según sus necesidades”. También influenció al movimiento obrero el discurso anarquista de G. Prada en cuanto al Estado y a la Iglesia, analizados como cómplices activos de la explotación capitalista.

Apogeo y crisis del movimiento obrero anarquista

Manuel Caracciolo Lévano

Delfín Lévano


Los gremios inicialmente más influenciados por el anarquismo fueron sobre todo los panaderos y los tipógrafos, pero también los sastres, zapateros y picapedreros; más tarde fueron muy activos los trabajadores del sector textil, que lograron influir en los jornaleros de los valles agrícolas cercanos a la capital. En 1907, ya existía en Lima el Centro de Estudios Sociales “Humanidad”, muy concurrido por los tejedores de Vitarte. También debe citarse el Centro Socialista 1° de Mayo con su órgano El Oprimido, en el que participó a menudo el dentista C. Dam y que fusionó en 1908 con el grupo “Humanidad”, dando origen al Centro de Estudios Sociales 1° de Mayo. En Lima desplegó también su actividad el Centro Racionalista Francisco Ferrer que editaba el mensual Páginas Libres, nombre que retoma el título del primer libro de González Prada (Paris, 1894). El grupo Luchadores por la Verdad, que reunía a los más destacados militantes obreros y a algunos intelectuales, publicó a partir de febrero de 1911 el periódico La Protesta. Tuvo una activa participación en la formación ideológica y organización de los trabajadores: es de notar que constituyó un Comité de Preparación Sindical en julio de 1911. El anarquismo arraigó también en las provincias, particularmente en las localidades de Huacho, Sayán, Barranca, Trujillo, Chiclayo, Ica... Esa influencia entre los obreros del campo es también un aspecto que debería ser estudiado más profundamente, así como el discurso indigenista de la prensa proletaria. En Arequipa fue constituido en 1905 el Centro Social Obrero. Varios periódicos fueron editados en Chiclayo, donde fue fundada la Confederación de Obreros 1° de Mayo en 1907. En Trujillo apareció La Antorcha y se fundaron Centros de Estudios Sociales como “Luz” e “Hijos del Pueblo”. En Huacho fue creado el Centro de Estudios Femeninos “Luz y Libertad” (1918). Hubo también un Centro de Estudios en Pomalca con escuela y biblioteca.

A partir de 1911, la influencia anarquista en el movimiento obrero se volvió predominante. Afirma Pereda Torres: “La segunda década del presente siglo encontró a la dirigencia anarco-sindicalista en posesión de los principales gremios de la ciudad de Lima y del resto del país [...]”. La primera huelga general de solidaridad tuvo lugar en abril de 1911 en apoyo a los tejedores de Vitarte; su resultado fue la supresión del trabajo de noche. El gobierno aprobó también en enero de 1911 una ley de accidentes de trabajo frente a la presión obrera. Como consecuencia del conflicto, se fundaron la Unificación Obrera Textil de Vitarte en mayo de 1911 y la Unificación Proletaria Textil de Santa Catalina en noviembre del mismo año, “verdaderas organizaciones sindicales” y “núcleos de formación y acción del anarco-sindicalismo de la ciudad de Lima”, según Pereda Torres. Afirma el historiador que “estas organizaciones se constituyeron en modelos para los gremios de albañiles, sastres y ferrocarrileros quienes optaron definitivamente por la senda libertaria”. Las huelgas por las ocho horas y aumentos salariales se sucedieron e intensificaron en 1912 y 1913, años de crisis económica, dando lugar a la constitución de nuevos sindicatos. En el campo, que se iba organizando en reivindicativas Sociedades de Auxilios Mutuos por la influencia anarquista, también hubo conflictos violentos: en abril, las fuerzas represivas mataron a decenas de jornaleros de los valles agro-industriales de Chicama y Santa Catalina (Dpto. de La Libertad). Finalmente, la Unión General de Jornaleros del Callao conquistó las ocho horas en enero de 1913 gracias a un nuevo paro general. Se creó entonces una nueva federación, la de Obreros Marítimos del Callao. Frente a la multiplicación de las huelgas y cediendo a la presión patronal, el gobierno del populista Guillermo Billinghurst promulgó en enero de 1913 un Reglamento de Huelgas destinado a luchar contra los métodos anarquistas de acción directa, aunque pretendía garantizar el derecho de huelga. No obstante, los conflictos se extendieron a los obreros del petróleo de Talara, Negritos, Lobitos y Lagunitas, en el norte del país. A iniciativa de la recién creada Sociedad de Galleteros y Anexos, se constituyó en marzo de 1913 una primera Federación Obrera Regional Peruana (FORP), que no logró perdurar. A finales del año, los trabajadores pudieron constituir una imprenta proletaria que funcionó hasta los años 1930 y editó numerosos periódicos. La propaganda sindical se intensificó a partir de 1914, a causa de la degradación de las condiciones de vida y trabajo. Como las clases populares no beneficiaban de la bonanza exportadora debida a la Guerra Mundial y tenían que sufrir el alza exhorbitante de los artículos alimenticios, se organizaron nuevos sindicatos de oficios (zapateros, albañiles, sastres, ferrocarrileros...). También la represión se hizo más violenta, muriendo numerosos trabajadores en provincias en 1916 y años siguientes. Según algunos historiadores, la FORP fue disuelta y sustituida en diciembre de 1918 por la primera Federación Obrera Local de Lima (FOLL).

1919 fue el año de la culminación del anarco-sindicalismo en el Perú. Un nuevo paro general paralizó Lima y El Callao del 13 al 15 de enero de 1919 hasta conquistar la jornada de ocho horas. La Federación de Trabajadores en Tejidos del Perú, constituida en enero, fue también fruto del movimiento, así como la Federación Gráfica y la de Choferes. La huelga había sido iniciada por los tejedores y fue rápidamente apoyada por los demás sindicatos, así como los estudiantes de San Marcos. Víctor Raúl Haya de la Torre, el principal líder de los universitarios, fue adquiriendo después una gran influencia entre los trabajadores textiles gracias a la creación en 1921 de las Universidades Populares González Prada. Un frente único de sindicatos, gremios y organizaciones populares, llamado Comité Pro-Abaratamiento de las Subsistencias, fue constituido por la Federación de Trabajadores en Tejidos en abril de 1919 para luchar contra la elevación del costo de la vida. Ese Comité dirigido por los anarquistas Carlos Barba (zapatero), Nicolás Gutarra (ebanista) y Adalberto Fonkén (tejedor), organizó un paro general en mayo-junio que fue severamente reprimido por las autoridades, muriendo varios manifestantes (ley marcial). El 4 de julio, Augusto B. Leguía aprovechó la situación para hacerse con el poder en medio del entusiasmo popular. Ese mismo día, el Comité Pro-Abaratamiento ocupó el local de la CAUU para transformarlo en la sede de la segunda Federación Obrera Regional Peruana, constituida el 8 de julio de 1919 en base a los principios de 1913. En agosto fue constituida la Federación Obrera Marítima y Terrestre del Callao. A partir de los años 1920, los huelguistas se dividían entre aplicación de la acción directa o del arbitraje previsto por la nueva Constitución para resolver los conflictos laborales. En el Primer Congeso Local Obrero de Lima y El Callao, organizado en abril de 1921 por la FORP, fue planteada la cuestión de la acción política de los trabajadores. Parece ser que los anarquistas lograron declararla incompatible con el sindicalismo pero que no pudieron obtener del Congreso que se pronunciara en favor del comunismo libertario como objetivo de los trabajadores organizados. Las ideas socialistas, divulgadas desde 1918, empezaban ya a cundir en el proletariado: los sindicatos del textil fueron los que abogaron por la “política obrera”. Para reforzar la organización anarquista, fue inmediatamente constituida la Federación de Grupos Libertarios, que se hizo cargo de La Protesta. En 1922, la exitosa huelga de la Federación de Motoristas y Conductores (septiembre) dio lugar a la creación, en noviembre, de una segunda Federación Obrera Local de Lima (FOLL) en la que “se agudizó la polémica entre anarquistas y socialistas”. En mayo de 1923 salió el primer número de Claridad, el órgano de la FOLL y de la Juventud Libre del Perú, fundado por Haya de la Torre y dirigido por José Carlos Mariátegui a partir de 1924, después de la deportación de Haya (octubre de 1923). En octubre de 1923, los sindicatos y los estudiantes unidos lograron impedir la consagración del Perú al corazón de Jesús.

Apoyo a la huelga de los Textiles



A partir de 1924, con la reelección de Leguía, la represión se hizo más feroz y la influencia socialista arraigó en la FOLL. Los textiles, seguidos por los choferes, electricistas, gráficos y otros más, abandonaron el anarco-sindicalismo. Habían contribuido a propagar el marxismo-leninismo las Universidades Populares, en las que los anarquistas vieron pronto escuelas para ambiciosos y medios de infiltrar ideas reformistas en el proletariado. Síntoma de la gravedad de la fractura ideológica, fue que la FOLL no invitara a los grupos libertarios a la conmemoración del 1° de Mayo de 1925 (Pareja 1978:63). Los anarquistas, particularmente los albañiles y carpinteros, intentaron en vano crear una nueva organización obrera libertaria. Finalmente, a principios de 1926 ya dejó de publicarse La Protesta y en septiembre salió el primer número de la famosa revista Amauta. A mediados de 1926 empezaron los preparativos para el Segundo Congreso Local Obrero de Lima a iniciativa de los Trabajadores en Tejidos. Tuvo lugar bajo la dirección de Arturo Sabroso a partir de enero de 1927, pero sin la participación de los anarquistas. El Congreso se pronunció en favor del sindicalismo revolucionario sin orientación ideológica definida. En junio de 1927, la represión gubernamental desestructuró las organizaciones obreras encarcelando o desterrando a sus principales líderes. En octubre de 1928 fue finalmente constituido el Partido Socialista del Perú y, en mayo de 1929, la Confederación General de Trabajadores del Perú, cuyo primer Secretario General fue Julio Portocarrero, obrero textil de Vitarte, ex-anarco-sindicalista y miembro fundador del Partido Socialista.

Gonzales Prada y Ricardo Palma

Manuel Lévano y JC.Mariátegui en Miraflores después de ser amputada su pierna


Algunos comentarios historiográficos

Los historiadores han intentado explicar la pérdida de influencia del anarco-sindicalismo a partir de 1920. Según Denis Sulmont, que estudia poco el periodo anterior en sus libros, la ideología anarquista prosperó “cuando los trabajadores no disponían para sus reivindicaciones de otra alternativa”, permitiendo la organización y la toma de conciencia de clase. Pero representó luego:

[...] más bien un freno al desarrollo de la clase trabajadora hacia niveles superiores de organización y conciencia. La estrategia de acción directa de los anarquistas demostró sus límites al chocar contra el aparato represivo del Estado y las maniobras políticas de la burguesía, sin ofrecer alternativas para el proletariado.

Esa explicación de 1977 es poco convincente. Sulmont incurre en el mismo prejuicio ideológico un par de años más tarde cuando escribe:

Si bien la conquista de la jornada de ocho horas representó una victoria para el anarco-sindicalismo, significó también su entrampamiento posterior. En efecto, la propaganda anarquista había señalado que la huelga general era el preludio de la revolución social y de la liberación de los trabajadores. Sin embargo, una vez obtenida una importante conquista inmediata, continuaba el poder de la burguesía y la explotación capitalista. La insuficiencia del planteamiento anarquista y del “sindicalismo revolucionario” (que pretende hacer la revolución directamente mediante los sindicatos) se manifestará más nítidamente luego del fracaso de la lucha por el abaratamiento de las subsistencias.

La misma argumentación había sido avanzada en 1972 por Ernesto Yepes del Castillo, quien añade el retroceso del anarquismo al nivel internacional:

Bajo el impulso de las nuevas orientaciones ideológicas la clase obrera se fue desprendiendo de sus resabios anarquistas. Y es que la misma crisis que en los años de post-guerra ofreciera el anarco-sindicalismo a nivel mundial, no tardó en presentarse en el anarquismo local que, de otro lado, conseguida la jornada de 8 horas, halló vacío su arsenal reivindicativo.

También Hugo García Salvatecci, buen conocedor del anarquismo, se limitaba el mismo año a afirmaciones perentorias: 

Dando una visión de conjunto, podemos decir que el Anarquismo peruano tomó las ideas centrales del Anarquismo europeo. También heredó sus defectos: abuso de retórica y falta de cohesión. Sucumbió, sobre todo, por sus querellas internas. No logró amalgamarse. Combatió el caudillismo y el dogmatismo, pero terminó cayendo en ellos. Además, a diferencia de otros países, en el Perú nunca tuvo mucho arraigo popular.

Sin embargo, reconoce que “La tiranía de Leguía impidió luego el radio de su acción”. Otro comentario de Sulmont, en 1980, coincide con ese último y aporta elementos económicos interesantes:

A partir de 1926, se multiplicaron los despidos y cierres de fábricas y la burguesía se mostró más intransigente frente a los reclamos. En 1927, los conflictos adquirieron proporciones alarmantes. Al mismo tiempo, muchas luchas sindicales fracasaron y los obreros perdieron varias de sus conquistas anteriores. La represión contra los dirigentes del movimiento obrero acabó con el apoliticismo anarco-sindical.

La represión es una explicación también propuesta por Yepes del Castillo:

Más tarde, con el arribo de Leguía al poder, los aún recientes y no muy profundos logros organizativos serían definitivamente liquidados. Utilizando una astuta demagogia, el Presidente de la ‘Patria Nueva’ se recubrió inicialmente de un ropaje popular a fin de afianzar -ampliando- las bases de un sustento político que le permitiera enfrentarse con éxito a la hegemonía civilista. Pero más tarde, pasada la crisis política y consolidado en el poder, sistemática e implacablemente logró quebrar los soportes del movimiento laboral destruyendo sus cuadros dirigentes. [...] Así, respecto a los líderes anarquistas, varios de los más destacados fueron deportados a Europa. En otros casos, Leguía logró cooptar a algunas de las figuras de este movimiento [...]. El resto, con distinta suerte terminó en general orientándose hacia alguna de las dos grandes corrientes que empezaron a diferenciar la escena política peruana: el nacionalismo de corte populista [aprismo] y el socialismo.

Sulmont señala también la “confusión y división” que produjo el discurso populista de Augusto Leguía a partir de julio de 1919 en los sectores populares, aunque apunta que “los obreros que apoyaron a Leguía fueron rápidamente desilusionados” ya que en 1920 “se desencadenó una brutal represión contra las organizaciones sindicales”, quedando la recién nacida FORP “casi paralizada”.

Por su parte, Piedad Pareja ha mostrado en 1978 que no se puede explicar la pérdida de hegemonía del anarco-sindicalismo por la categoría socioprofesional de los trabajadores (transformación de los medios de producción y consiguiente proletarización) ya que ésta no ha influido en la elección de las ideologías:

“[...] si observamos la distribución de las organizaciones por oficio y por industria, según su tendencia política, [...] podemos constatar que indistintamente, artesanos y obreros manufactureros se inclinan mayoritariamente primero por una y luego por otra alternativa política.”

Algunos marxistas adoptan efectivamente una explicación muy subjetiva según la cual “el anarquismo está más en concordancia con la mentalidad de los artesanos y obreros de la pequeña industria que con la mentalidad de los obreros de la gran industria capitalista” o, dicho más claramente, el anarco-sindicalismo es una “doctrina pequeño-burguesa”. Pareja señala también que, hasta los años 1920, las élites sindicales fueron muy representativas de su base social. Parece entonces que el cambio ideológico fue el resultado de la creciente influencia entre los obreros de Haya de la Torre y de Mariátegui, especialmente por medio de las Universidades Populares. En su prólogo al estudio de Pareja, César Lévano también ha manifestado que Mariátegui logró “decantar a algunos de los mejores cuadros hacia el marxismo”.

Bien se ve que no se ha explicado aún cómo, sólo en cuatro o cinco años, la mayoría del movimiento obrero cambió de orientación ideológica. Sólo sabemos que influyeron la represión gubernamental y la propaganda marxista a la que fueron sometidos los líderes sindicales. Por consiguiente, es probable que los trabajadores organizados no integrasen los fundamentos ideológicos del anarco-sindicalismo y siguiesen dócilmente una reducida élite. Sería interesante, entonces, estudiar el funcionamiento orgánico de los sindicatos y analizar las relaciones entre la Federación de Grupos Libertarios, constituida en 1921, y los dirigentes obreros de los sindicatos. Es necesario, pues, afinar las investigaciones y orientarlas hacia las modalidades de articulación de una serie de elementos explicativos, entre los cuales cabe citar: la competencia ideológica de la corriente marxista y sus medios de influencia; la importancia de la desorganización de los anarquistas causada por la represión gubernamental; el grado de conciencia ideológica de los delegados obreros de segundo plano, es decir de los que se encuentran en situación de sustituir a los líderes encarcelados o deportados, y también el de las masas; la importancia de la transformación de las condiciones económicas y políticas en los años 1920 (leguiísmo) que pueden haber acarreado un cambio de estrategia de los sectores medios y también parte de los populares, o sea una búsqueda de nuevas alianzas políticas. Eso implica que se realicen estudios comparativos de los archivos de los principales sindicatos para entender los cambios ideológicos dentro del movimiento obrero. Ha seguido esa perspectiva general un estudio reciente de Paulo Drinot a propósito de la Federación de Panaderos a inicios de los años 1930, en el que el autor ha comprobado que: 

[...] las crisis económicas y políticas de los inicios de la década del treinta, al reducir la capacidad de la Federación a actuar como una entidad mutualista y sindical, llevaron a los obreros panaderos a abandonar el apoliticismo tradicional para establecer alianzas con grupos políticos, alianzas que podrían calificarse de micro-populistas.” 

También sería útil analizar el contenido de la “cultura obrera” transmitida por los órganos de prensa proletaria, realizar estudios comparativos con los casos argentino y español, etc. Casi todo el trabajo de análisis queda por hacer, ya que hasta ahora fue sólo esbozado y, desgraciadamente, distorsionado por apriorismos ideológicos. Sólo se ha hecho una historia cronológica del movimiento obrero y es probablemente parcial.

Referencias bibliográficas

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J. Delhom - Movimiento anarquista Perú

J. Delhom - Movimiento anarquista Perú

Antes de que termine el siglo, se establecen nuevas fábricas de tejidos de algodón y lana (Lima, Arequipa, Cuzco), de harina, fideos, chocolate, azúcar, bebidas, hielo, fósforos, velas, jabón, sombreros, cigarros, curtiembres, etc. En 1893 se termina de construir el Ferrocarril Central y en 1896 fusionan varias compañías eléctricas para constituir las Empresas Eléctricas Asociadas que permiten el desarrollo del transporte urbano y de la producción industrial (Pereda Torres, 1982:75-82 y Yepes del Castillo, 1972:207-219).

Piedad Pareja (1978:53) señala que algunos militantes extranjeros fueron expulsados en octubre de 1914 y julio-agosto de 1916 (Daniel Antuniano, Antonio Panades, José Pica y José Chamorro).

En 1896, cuatro dirigentes obreros de la empresa textil de Vitarte fueron encarcelados por seis años por un incendio que no cometieron (Pereda Torres, 1982:88).
Este poeta, ensayista y brillante polemista nació en un
a familia aristocrática de Lima en 1844. Después de un primer periodo de vinculación con el sector progresista del Partido Civil (1870-1885), rompió con la oligarquía dirigente a la cual culpó por la derrota de la Guerra del Pacífico (1879-1883) y fundó un partido político renovador, la Unión Nacional (1891), de tipo liberal federalista, cuyo proyecto democrático se apoyaba en las clases medias urbanas y aspiraba a mejorar las condiciones sociales de los sectores populares, obreros y campesinos. Por razones algo oscuras, González Prada se marchó a Francia a los pocos días de la creación de su partido. En París, donde permaneció seis años, y luego en Barcelona y Madrid, enriqueció su formación intelectual y su ideología se radicalizó. De nuevo en el Perú, se fue apartando de la Unión Nacional, cuyo electoralismo le disgustaba, hasta su separación oficial en 1902. A partir de 1912 desempeñó el cargo de director de la Biblioteca Nacional, al que renunció en 1914 para manifestar su oposición al golpe de Estado del coronel Óscar Benavides. Fue reintegrado en sus funciones por un nuevo gobierno constitucional en 1916. Falleció en Lima el 22 de julio de 1918.

Escriben, por ejemplo, Denis Sulmont que González Prada fue el “propulsor del pensamiento revolucionario a principios del siglo en el país, y uno de los primeros intelectuales en trabar relaciones con los obreros” (1980:19) y Hugo García Salvatecci que “La importancia del Anarquismo en el Perú se manifiesta en la enorme influencia que ejerció González Prada, durante tantos años, en nuestra juventud, y por su enorme repercusión en el origen del movimiento sindical” (1972:117). Véase también Pereda Torres (1982:113 sq.),

Barba Caballero (1981:72), Pareja (1978:87).

Lo hace parcialmente Pereda Torres (1982:130-140).

Dichos artículos antirreligiosos fueron reunidos en la primera parte del libro Propaganda y Ataque (G. Prada 1939).
Sobre la influencia de G. Prada en Haya de la Torre y Mariátegui, véase nuestro artículo “Manuel González Prada: un enjeu symbolique dans le Pérou des années vingt” (Delhom 1996).

El 1° de mayo de 1906 era el término de la campaña de agitación por las ocho horas decidida en el XIV Congreso Nacional Corporativo (VIII de la Confederación General del Trabajo) y Conferencia de las Bolsas del Trabajo de 1904 en Bourges.

Sobre las relaciones entre anarquismo y sindicalismo, véase Maitron (1992:265-330).

Según E. Yepes del Castillo, “Los primeros brotes de anarco-sindicalismo quizá habían empezado a explicitarse hacia 1911, con la formación del grupo ‘La Protesta’ y le llamado ‘Comité de Propaganda Sindical’” (1972:271).

Véase igualmente el artículo “Primero de Mayo” de 1907 (G. Prada 1940:101-104).

Posteriormente fueron refundidos para constituir uno sólo.

Escribe a finales de los ochenta: “Aquí no conocemos la burguesía europea; hay, sí, una especie de clase media, inteligente, de buen sentido, trabajadora, católica pero indiferente a luchas religiosas, amante de su país, pero hastiada con la política de que sólo recibe perjuicios, desengaños y deshonra.” (G. Prada 1976:29).

Sulmont (1977:29) escribe que “la coordinación política entre el movimiento obrero y los movimientos campesinos fue iniciada por los grupos anarquistas”. Pereda Torres estudia un poco ese proceso en Huacho (1982:207-214).

Escribe J. Portocarrero: “Nombramos presidente a Emilio Ugarte; a Juan Híjar, vicepresidente; a Enrique Chuti, tesorero; a Antonio Guillinta, protesorero, y otros compañeros más completaron la directiva.”(1987:33-34).

Según J. Portocarrero, el intento de organizar la FORP no pudo concretarse (1987:67).

Pereda Torres (1982:199) menciona los siguientes: La Protesta, El Obrero panadero, El Libertario, Plumadas de Rebeldía, El Obrero Textil, La Rueda, El Tranviario, La Voz del Chofer, El Obrero Gráfico, El Pututo, La Reforma.

El índice general de precios con base 100 en 1913 alcanza 104 el año siguiente, 112 en 1915, 123 en 1916; se dispara en los años siguientes hasta 142 en 1917, 164 en 1918, 188 en 1919 y 210 en 1920. Disminuyó en 1921 (199) y 1922 (190) (Yepes del Castillo, 1972:268).

La FOLL “contó entre sus más importantes bases, con la Federación de Panaderos Estrella del Perú, la Federación Gráfica, la Confederación Ferrocarrilera, la Federación de Zapateros, la Unión de Obreros y Jornaleros del Callao, la Unión Obrera de Construcción Civil, la Federación de Sastres y distintas Federaciones mineras y obreras del Norte, Centro y Sur, etc.” (Barba Caballero, 1981:101-102). Hay que añadir las organizaciones del sector textil.

En los años siguientes, se volvieron ambos socialistas.

Desde 1918 existía un Comité de Propaganda Socialista integrado por Félix del Valle, César Falcón, J. C. Mariátegui, Luis Ulloa, Carlos del Barzo, Pedro Bustamante y otros más. “En diciembre de ese mismo año, Del Valle, Falcón y Marátegui se retiraron del Comité ante la decisión, considerada por ellos prematura, de Del Barzo y Ulloa de transformar el grupo de propaganda en Partido Socialista.” (Portocarrero, 1987:70-71).
Ignoramos lo que sucedió con la primera, sólo mencionada por Barba Caballero.

Claridad fue sustituido por Solidaridad en septiembre de 1925.

Sobre la represión, véase Portocarrero (1987:122-123; 133-135).